miércoles, 13 de octubre de 2010

Objetivos y ejes temáticos

OBJETIVOS

  1. El estudios de otros formatos discursivos, como la literatura oral o willakuy, así como su instalación en la escritura por intelectuales provenientes del mundo andino, propone un campo de estudio que involucra asumir un marco teórico propuesto por el mismo espesor simbólico que muestra el mundo representado. En este sentido, el evento pretende promover las categorías adecuadas para sistematizar la memoria oral, y por ello, la comprensión de su historia.
  2. Creemos que en este país coexisten distintas orientaciones estéticas (por tanto, también  literarias) que en gran medida son producto de una tradición cultural particular la cual tienen sus raíces en las culturas preincaicas que ocupaban este país. De este modo se pueden distinguir diferentes zonas de producción literaria: una de ellas es la región conformada por los departamentos actuales de Huancavelica Ayacucho y Apurímac, los cuales fueron ocupadas por la cultura Chaca. Este mismo pasado histórico es el que le da hasta hoy cierta particularidad y homogeneidad a la producción artística de este lugar. La influencia de esta región se ha extendido a lugares como Lima, Ica, Arequipa, Puno, etc. De esta manera se establece un circuito o sistema literario en la región sur de este país que además se interrelaciona con otros núcleos culturales como el puneño. Estos circuitos literarios están conformados por los productores de estos cantos, relatos y escritos que tratan sus referentes desde una visión cultural que corresponde al núcleo cultural, al cual pertenece. Sus receptores implícitos, además, son personas pertenecientes a la misma semiósfera cultural. Es así como se establecen los circuitos literarios de los que hablamos, y que creemos necesario han de fortalecerse para salir de la dependencia cultural y del estado de subordinación en la cual nos puso la comunidad académica tradicional y monológica.
  1. Instalar la categoría de literatura regional en pleno siglo XXI, es cuestionar los anteriores conceptos decimonónicos que de ella se tenía. Esto debido a que las movilizaciones demográficas, los procesos de modernización y la introducción de nuevos esquemas de pensamiento (por ejemplo la globalización) han introducido nuevos elementos que nos permiten sugerir una reconceptualización de la literatura regional.
  2. La dinámica de la literatura oral proviene de los elementos que se practican y se desarrollan en el mundo andino. En este sentido, la dinámica textual corresponde a las categorías presentadas en el texto: al asumir las categorías del texto en su contexto cultural, propiciamos el desarrollo de aparatos teóricos y metodológicos acordes con la especificad de las literaturas orales y escritas de las regiones del sur del Perú. Así mismo, lo anterior involucra una relación del intelectual y el proyecto de los sujetos representados.

EJES TEMÁTICOS DE LA CONVOCATORIA

-          Migración y espacios regionales urbanos. Se considera pertinente el abordaje de la  reproducción de las prácticas culturales de los migrantes en los núcleos urbanos (no solamente Lima, es interesante por ejemplo el caso de los puneños quechuas y aymaras en las ciudades de Arequipa, Moquegua y Tacna).

-          Memoria y conflicto social. Se busca evidenciar los mecanismos con los que la memoria oral construye  su propia interpretación de la historia, específicamente en el caso de los conflictos sociales, en este sentido, saber cómo la memoria oral adquiere una capacidad agencial cuando los sujetos que la sostienen intervienen en la realidad para transformarla.

-          Lenguaje: oralidad y mediaciones tecnológicas. La dinámica de la literatura oral en soportes tecnológicos tales como la radio, la televisión, los cd’s, etc. En este sentido se pretende ver cuales son los recursos y elementos de esta literatura oral que pretende dirigirse a un público masivo, tal vez abstracto.

-          Identidad, modernidad y proyectos regionales. A lo largo del siglo XX las regiones emprendieron diferentes proyectos de modernización que tuvieron un correlato importante en la producción de la sus literaturas.
-          Poéticas regionales. Se busca considerar las diferentes propuestas poéticas dialogan con sus respectivas tradiciones y con las de otros espacios, regionales e internacionales, esto a fin de ver como estas se reinterpretan en pos de una independencia literaria.

-          Alteridades andinas. En los espacios andinos se estructuraban, y se estructuran, los sujetos en relación de una jerarquía social y/o económica. En la literatura se puede ver la interacción de estos sujetos  (se puede abordar, por ejemplo, el caso de la interacción de los mistis, cholos, indios, etc.).

-          ¿Literatura indígena o indigenista? se pretende ver cuales los mecanismos mediante los cuales el sujeto “indio” autorrepresentarse, en este sentido se busca abordar específicamente el caso de la literatura escrita en lenguas tales como el Quechua, Aymara, u otras. 

-          Interacción entre la literatura escrita y la literatura oral. Determinaba vertiente de la literatura escrita de las regiones sureñas tiene como principal intertexto a la literatura oral. Esta última sufre un proceso de refracción y reinterpretación al ingresar al soporte escritural.

miércoles, 18 de agosto de 2010


ENCUENTRO DE LITERATURA: REGIONES DEL SUR

18 y 19 de Noviembre


CONVOCATORIA

Objetivos:

Los esfuerzos de este evento se centran en incentivar y dar a conocer las investigaciones en torno a las literaturas producidas en las regiones del Sur del Perú. En este sentido planteamos los siguientes objetivos:

- Promover las categorías andinas para potencializar la memoria oral y la comprensión adecuada de su historia.

- Propiciar el desarrollo de circuitos literarios para las literaturas regionales.

- Delimitar y cuestionar el concepto de literatura “regional” a fin de propiciar las “poéticas descentralistas”.

- Cuestionar y desarrollar aparatos teórico-metodólogicos acordes con la especificidad de las literaturas orales y escritas de las regiones del Sur.

La apertura de este espacio pretende desarrollar y reforzar la articulación de la zona Sur (Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Lima, Ica, Moquegua, Arequipa, Cuzco, Puno y Tacna) en toda su producción literaria: quechua, aymará y castellano; oral o escrita; en prosa o en verso.


Bases para las ponencias.

Quien desee participar como ponente deberá enviar su sumilla y una hoja que contenga sus datos (nombres y apellidos, ciudad, centro de estudios, especialidad, dirección electrónica y teléfono), a la siguiente dirección circulodeestudiosandinos@gmail.com, con las siguientes indicaciones:


1. Podrán participar estudiantes de pre-grado y egresados, con trabajos afines a los objetivos del evento.


2. Las ponencias enviadas no deben exceder los 20 minutos de lectura. La fecha límite para la recepción de las sumillas es el 30 de Octubre.

Al ser recibidas las sumillas se les enviará un correo de confirmación.

El envío de las sumillas supone la aceptación de las presentes bases y los objetivos.


Ejes temáticos

- La memoria y los personajes andinos en los testimonios y la literatura oral.

- Migración y espacios regionales urbanos

- Memoria y conflicto social.

- Lenguaje: oralidad y mediaciones tecnológicas.

- Identidad, modernidad y proyectos regionales.

- Poéticas regionales.

- Alteridades andinas.

- ¿Literatura indígena o indigenista?

- Interacción entre la literatura escrita y la literatura oral.


Lugar del evento:

Primer día: Auditorio de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional Federico Villarreal: Antenor Orrego. Av. Nicolás de Pierola (ex Colmena) 351.

Segundo día: Auditorio principal de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ciudad Universitaria.

Para más información escríbanos a nuestra dirección electrónica o visite nuestro blog: circulodeestudiosandinos.blogspot.com
¿Y Nosotros? ¿A qué llamamos literatura?
De Carlos Alexander Espinoza Huañahui

     Llamamos literatura a toda producción verbal que provoque algún tipo de goce en el receptor. En tal sentido, son manifestaciones literarias todos los cantos y cuentos que producen nuestros pueblos de forma oral (a veces acompañadas de instrumentos musicales) y en cualquiera de las lenguas que se hablan en nuestra región (el quechua, el aymara, las lenguas amazónicas y el castellano). También es literatura, claro está, la creación verbal que se trasmite a través de la escritura en las distintas lenguas mencionadas. Distinguimos estas literaturas llamando literatura oral a los cantos y cuentos producidos de manera oral ya sea en vivo o mediante algún soporte electrónico (CD, DVD, Internet), y llamamos literatura escrita a la que tiene como soporte el papel o la pantalla de algún aparato electrónico. Es literatura entonces, los relatos contados por nuestros mayores y que nosotros contaremos a nuestros menores, las huylías de Ayacucho y de Apurímac, las novelas de José María Arguedas y su poemario en quechua Katatay, los cuentos de Oscar Colchado, de Julio Ramón Ribeyro, etc.

      Sin embargo, debemos esclarecer los problemas que pueden señalarse al uso del término ‘literatura oral’ y distinguir su valides entre nuestras academias y el de la academia europea y norteamericana. Esto debido a que de acuerdo a la racionalidad europea y norteamericana, resultaría una contradicción y hasta una monstruosidad el empleo de dicho término. A continuación parafrasearé los argumentos que rechazan el empleo del término ‘literatura oral’. Algunos de estos argumentos se encuentran en el libro Oralidad y escritura de Walter Ong.

     Los orígenes griegos y latinos del término ‘literatura’ la asocian directamente a la escritura. Litera significaba letra y litteratura o litterarius era la instrucción de un saber relacionado con el arte de escribir y leer. Esta concepción de literatura se manejo hasta el siglo XVIII. Luego vino su asociación al arte verbal escrito que hasta entonces era designado con la palabra Poesía. Posteriormente, con el inicio de los estudios folklóricos en la segunda mitad del siglo XIX surge un interés hacia el arte verbal oral por parte de los académicos de entonces quienes veían este arte como algo primitivo y exótico. En la segunda mitad del siglo XX comienza el uso del término ‘literatura oral’ por parte de los intelectuales que querían referirse específicamente al arte verbal oral que hasta entonces era abarcado por la noción de Folklore. Es aquí donde Walter Ong protesta por el empleo del término ‘literatura oral’, aduciendo no solo la contradicción entre los términos ‘literatura’ y ‘oral’; sino también de que se trataría de un intento de abordar el estudio del arte verbal oral con un aparato fundado en lo letrado, resultando ser una mirada insuficiente y errónea por intelectuales incapaces de pensar de otro modo. Para Walter Ong hablar de literatura oral sería relegar el arte verbal oral a una variedad o genero de la literatura escrita.


     En cuanto al término ‘literatura’ es cierto que etimológicamente ésta entra en contradicción al lado del término ‘oral’; sin embargo, creo que el significado de esta palabra ha evolucionado en nuestra región a diferencia de las regiones de habla inglesa. El Diccionario de la Real Academia Española tiene como primera definición para la palabra literatura: “Arte que emplea como medio de expresión una lengua”. Mientras que para el diccionario de inglés americano Webster’s New World Dictionary la palabra literatura significa en primer término: “All writing in prose or verse of an imaginative character” (todo escrito en prosa o en verso con carácter imaginativo). Entonces, no es una contradicción hablar de literatura oral en nuestra región. Hemos tomado el término ‘literatura’ y hemos ampliado su significado en nuestra región. Así como alguna vez se uso el término ‘indio’ para referirse a los indígenas americanos; y a pesar de que se sabía que ésta no era la India se siguió usando el termino hasta darnos cuenta del sentido peyorativo que acompañaba a esta palabra; hoy empleamos el término literatura oral con la conciencia de que su uso permite una relación más justa y horizontal entre la cultura letrada y la cultura oral. Rechazamos el término ‘indio’ porque no nos convenía y aceptamos el término literatura oral porque existe y porque nos conviene.

     Por otro lado, la idea de literatura oral como la incapacidad de acercase al arte verbal oral sin dejar de verla como un subgénero de la literatura escrita puede ser válida dentro de las comunidades académicas europeas o norteamericanas y aún en las academias de nuestra región que solo son meros interlocutores  domesticados de las academias mencionadas o en personas formadas fuertemente a través de la cultura letrada. De ellos podría decirse que sí ven a la literatura oral como una variedad de la literatura escrita. Sin embargo, entre los intelectuales orgánicos que empezamos a formados en esta región, ese tipo de acercamiento y consideración de la literatura oral no existe. Nosotros, los nuevos intelectuales orgánicos, no solo nos hemos formado con la literatura oral sino que seguimos participamos de ella siendo receptores (e incluso productores) con total naturalidad. Al emplear el término literatura oral se nos hace imposible verla como una variedad de la literatura escrita y más bien a veces podemos llegamos a creer lo contrario, que la literatura escrita es una variedad de la literatura oral.

     Por lo tanto, el empleo del término literatura oral es totalmente válido en nuestra región. Con esta extensión del significado de la palabra literatura, decimos entonces que Nuestra literatura está compuesta por una literatura oral y una literatura escrita; y es debido a la heterogeneidad de sus componentes y a las interacciones que pueden haber o no entre estos elementos que las posibilidades estéticas aumentan.

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Bibliografía

AGNES, Michael (ed.). Webster’s New World Dictionary. Pocket books, 2003.

ESPASA. Diccionario de la Real Academia Española. Vigésimo segunda edición. La República, 2005.

ESPINO RELUCÉ, Gonzalo. La literatura oral o la literatura de tradición oral. Lima: Pakarina Ediciones, 2010.

ONG, Walter. Oralidad y Escritura, Tecnologías de la palabra. Bogota: Fondo de Cultura Económica, 1996.
La interculturalidad como herramienta de Emancipación, de Jorge Viaña
del wawqi papaqara Edwin, CHILLCCE CANALES

VIAÑA, Jorge. La Interculturalidad como herramienta de Emancipación. Hacia una redefinición de la interculturalidad y de sus usos estatales. La Paz. Editorial del Instituto Internacional de Integración. Convenio Andrés Bello, 2009


El libro retoma y profundiza las diferentes reflexiones que se han dado sobre la interculturalidad. El análisis que se aborda parte de un punto de vista critico que tiene como prioridad evidenciar las tendencias dominantes y reduccionistas sobre el tema. Para el autor la cultura dominante, que tiene como base el Estado, revitaliza estrategias para la inclusión de lo diverso como una forma de control, que implica la subordinación y el sometimiento de la heterogeneidad. La posición del crítico pone en debate las nociones de interculturalidad que se han venido realizando en América latina. El texto en mención se encuentra dividido en seis capítulos, en los cuales se analizan los procesos macroculturales y los dilemas de la interculturalidad. En la presente reseña mostraremos la propuesta crítica-teórica del autor, no describiremos los capítulos en su totalidad, pero lo ligaremos para comprender su planteamiento.



El autor desarrolla minuciosamente el carácter subordinado de la interculturalidad cuyo potencial ha sido tomado como un proyecto político que crea mecanismos sofisticados para su “domesticación”, generando elementos como la “fraternidad” y “convivencia”.

Para Viaña nos encontramos, ya no en una dominación que moldea a la sociedad a través de la homogeneidad, sino en una dominación que promueve la heterogeneidad, la diversidad que se incorpora a una lógica macrocultural. Esto implica una forma de dominación posmoderna que asume un rostro benevolente y de inclusión. Este mecanismo de control de lo diverso tiene como principio neutralizar y vaciar –como dice el autor el significado efectivo y crítico de las culturas. Entonces cabe preguntarse ¿Qué propuestas interculturales se han venido realizando? Para el autor la interculturalidad se ha reducido a una educación bilingüe que ni siquiera es parte de la cultura dominante, sino tan sólo de las culturas subalternas (el occidental habla castellano, y el indio, quechua y castellano), el indio es el único sujeto interculturado, no porque quiere, sino porque su vida depende de ello, la diferencia es notoria en sus relaciones, ya que no depende de su cultura sino de una estructura de poder excluyente. Ello demuestra que la interculturalidad esta circunscrito, específicamente, a los indios y que esta se desarrolla verticalmente, pero ¿Qué proponía la interculturalidad en sus inicios? En un principio -según Viaña- evidenciaba la multuculturalidad y promovía el diálogo, pero no las condiciones de éstas; suponía la comprensión y el entendimiento que brindaría el respeto mutuo y la convivencia. Éste tratamiento no implicaba constituir una base cultural que haría posible el diálogo, la matriz cultural que asumía sin cuestionamiento esta directriz era y es la cultura occidental con todo su aparato moderno. Ésta matriz –según el autor parafraseando T. Adorno y Horkheimer– culturalmente es cosificadora, fetichista, enajenante y deshumanizadora, por ello es incapaz de establecer las condiciones para un diálogo.

La cultura modernizadora globalizante ha creado un proceso inherente a su estrucutura que adquiere forma en su proceso hegemónico. Nos referimos a la categoría de etnofagia (una cultura se come a otra) que en términos del autor es “… un conjunto de ‘sutiles fuerzas disolventes’ minan y destruyen los aspectos más críticos, las aristas anticapitalistas, anticoloniales de las culturas, y de otras formas civilizatorias” (100). Estas fuerzas crean herramientas como la valoración y el respeto mutuo hacia la diversidad, asimismo otorga participación que tiene como propósito corroer y destruir las culturas. Según el autor este proceso tiene dos estadios: la subsunción formal y la subsunción real. El primero responde a la adecuación de los procesos de producción y de consumo hacia una lógica; los goces y el sistema de necesidad se van cociendo a la lógica macrocultural. Por otro lado, la subsunción real es un proceso “…de colonización, en donde se va apoderando de la producción y reproducción de la vida social” (109), ello es radical; reconfigura y elimina lo que no le sirve. En ese sentido, Viaña menciona que la interculturalidad en términos reales no existe, porqué no hay una interculturalidad en la estructura, pues el reconocimiento del indio se incluye bajo la premisa: “te incorporo, pero bajo mi lógica te subordino y a la vez te distorsiono”.

En este sentido, para finalizar, el autor propone sin ambigüedades ni titubeos que la interculturalidad debe asumirse como herramienta fundamental de emancipación y/o descolonización a nivel estructural. La propuesta nos permite abordar la interculturalidad como una herramienta que haga posible la descolonización, pero nos llevaría a una pregunta inevitable ¿Qué base cultural o matriz cultural llevaría a cabo dicho proyecto en tiempos y espacios heterogéneos como el peruano?